“La Administración Pública es imprescindible y debemos aspirar a que esté lo mejor dotada posible”

El miércoles 25 de mayo se publicaba en el BOE la oferta de empleo público del Estado para el año 2022. Esta es la mayor oferta de empleo de la historia, con 44.787 plazas, que incluye las plazas para la Administración General del Estado, Administración de Justicia, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y Fuerzas Armadas. 34.151 plazas se corresponden con la oferta ordinaria y 10.636 plazas son de estabilización.

De este total de plazas corresponden a la Administración General del Estado 30.163 plazas: 15.880 son de nuevo ingreso, 4.692 plazas para la estabilización del empleo temporal y 9.591 plazas de promoción interna. Me gustaría destacar las 1.150 plazas con destino en la Seguridad Social, para la mejor gestión de las prestaciones.

En la Administración de Justicia, el mayor número de plazas se destinan a los Cuerpos de Auxilio Judicial, Tramitación Procesal y Gestión Procesal, 7.682 plazas: 945 de nuevo ingreso, 5.945 para la estabilización de empleo temporal, 792 de acceso promoción interna.

Y, para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, serán 4.992 plazas para ingresar en la Policía Nacional y en la Guardia Civil, de las que 4.342 serán de ingreso libre y 650 de promoción interna.

En mi opinión, con la experiencia que da haber dedicado más de tres décadas a la preparación de oposiciones, esta oferta de empleo es muy necesaria en este momento por diversas razones:

Avanzar hacia un empleo estable y de calidad es necesario para la transformación de la función pública.

En este contexto y, para dar respuesta al Plan europeo de Recuperación, Transformación y Resiliencia, cuyo componente 11, sobre la Modernización de las Administraciones Públicas, que contempla la reducción de la temporalidad en el empleo público; el pasado mes de diciembre, se aprobaba la Ley de medidas urgentes para la reducción de la temporalidad en el empleo público, con el objetivo de situar la tasa de temporalidad estructural por debajo del 8% en el conjunto de las administraciones públicas españolas. 

Con esta “exigencia” de Europa sobre la mesa, la Administración del Estado, como vemos en su última Oferta Pública de Empleo, intenta actuar en tres frentes: 

• Adoptando medidas inmediatas para remediar la elevada temporalidad existente.
• Articulando medidas eficaces para prevenir y sancionar el abuso y el fraude en la temporalidad a futuro.
• Potenciación la adopción de herramientas y una cultura de la planificación para una mejor gestión de los recursos humanos.

Entre las medidas inmediatas a adoptar, dicha ley del pasado mes de diciembre, prevé que tenga lugar un proceso de estabilización del empleo temporal en las administraciones públicas que se estructura en dos cauces principales:

1. Por un lado, autorizar un tercer proceso de estabilización de empleo público adicional, a los que se habían aprobado en 2017 y 2018. [Recordemos que, tanto la Administración del Estado como la de las Comunidades Autónomas y las Administraciones Locales, publicaron ofertas de empleo de estabilización que, a día de hoy, todavía están si ejecutar.]
2. Y por otro, con carácter único y excepcional, prever la posibilidad de convocar, por el sistema de concurso, aquellas plazas que reuniendo los requisitos, hubieran estado ocupadas con carácter temporal de forma ininterrumpida con anterioridad a 1 de enero de 2016. También deja prevista la ley que todas aquellas plazas ocupadas con posterioridad al 1 de enero de 2016, se estabilicen mediante un proceso de concurso-oposición

Otra medida de mucho calado en la función pública, es la regulación de la situación del “interino ocupando plaza vacante” ya que, desde la entrada en vigor de la ley, se limita el tiempo de una plaza ocupada por un funcionario interino a tres años.

Los aspirantes a una plaza pública, también, se beneficiarán de otros cambios, como procesos de selección más rápidos, con menor carga memorística y mayor periodicidad en las convocatorias. Novedades que conducen a una función pública más ágil, que redundará en un mejor servicio de las administraciones a sus ciudadanos, y ofrecerá una mayor seguridad y estabilidad a los aspirantes a obtener una plaza futura en alguna de las administraciones.

Reflexionemos, entonces, unos minutos sobre lo siguiente:

… y todavía hay quien se pregunta por qué hay que cuidar y mantener la Administración Pública española. Con toda la “carga” que se le supone la Administración Pública es imprescindible y debemos aspirar a que esté lo mejor dotada posible.